Estamos viviendo un momento de cambio radical en la gestión de personas para lograr una transformación que permita convertirnos en un área digitalizada que toma decisiones basadas en datos y ofrece experiencias personalizadas para las personas que hacen vida dentro de las compañías.
Hoy nuestros colaboradores desean tener la mejor experiencia posible, esto significa poder obtener valor y satisfacción en cada interacción con la compañía. Estas interacciones se dan de manera continua y muchas veces pasan de manera desapercibida para nosotros, sin llegar a entender cual es la experiencia del colaborador, como es su dia a dia, como vive los procesos, sus tareas, sus expectativas y sus objetivos laborales y personales.
Cada punto de contacto con el colaborador es una interacción, cuando firma su contrato, recibe un mail, tiene una reunión con su líder, está realizando una capacitación o solicita vacaciones. Todas estas interacciones impactan a las personas de forma positiva o negativa afectando sus niveles de motivación, compromiso y productividad, generando además que tome decisiones importantes acerca de su propósito dentro de la compañía y las razones por las cuales permanece o no dentro de ella.
Si logramos unir cada uno de estos momentos podemos construir un journey del colaborador, una línea de tiempo donde se encuentran cada una de las interacciones que ha tenido la persona desde el primer hasta el último contacto con la compañía. Este journey se construye a diario y es único para cada persona, esto implica que en simultáneo se están generando distintos journeys para nuestros colaboradores, algunos muy parecidos y otros muy distintos.
Conocer el journey del colaborador nos da la oportunidad de iluminar las brechas en nuestros procesos, ver dónde están los puntos de dolor en la experiencia de las personas y dónde están los momentos que generan mayor interés, motivación y compromiso. Además hacer visibles estos momentos nos permite comprender mejor a nuestros colaboradores y determinar quiénes son, qué es lo que quieren y reconocer oportunidades de mejora que de otro modo podrían haber pasado por alto.
En resumen, un journey permite a una compañía ver a través de los ojos del colaborador. Proporcionando una visión clara de cómo es interactuar y trabajar en la compañía. Sin él, la gestión de personas es un juego de adivinanzas que muchas veces no da resultados.